VR Sex, el reverso sórdido y neofuturista de Drab Majesty, visita Valencia acompañados del synthpunk de los valencianos Gamada.
All Waves Productions ya nos sorprendió con la oportunidad de ver a Drab Majesty en España (incluida Valencia), y esta vez redobla la apuesta con VR Sex, una oportunidad para verlos en nuestra ciudad que probablemente será única. Una apuesta que sube de valor con Gamada, que actuaron en junio de 2002 con The KVB y cuyo directo promete emoción cruda.
Las entradas ya se pueden adquirir en entradium a un precio más que ajustado (15,78€!!!), y podrán adquirirse también en Discos Oldies (Carrer de la Mare de Déu de Gràcia, 6. 46001, València ) y en taquilla.
VR SEX (USA, DAIS RECORDS)
Con el apodo de Noel Skum, un anagrama mordaz de Elon Musk, Clinco expresa su desprecio y fascinación por los márgenes sórdidos y surrealistas de Los Ángeles, condenados a callejones sin salida de vanidad, lujuria y tecnología. Aunque inicialmente se lanzó como una salida para «sonidos más pesados» una prolongación de la new wave de Drab Majesty, el proyecto maduró hasta convertirse en un ejercicio convincente en la construcción del mundo, entretejiendo temas de sordidez neofuturista de la ciudad arenosa dentro de un marco de guitarras distorsionadas. y sintetizadores. Los ecos de Chrome, Wire, Minimal Man y Sisters Of Mercy recorren la colección álbumes de la banda, pero en última instancia, Rough Dimension (su tercer y reciente álbum) traza su propia visión retorcida de «nuestra realidad implacable».
Más info sobre VR Sex
- Instagram: https://found.ee/VRSEXIG
- Facebook: https://found.ee/VRSEXFB
- Bandcamp: https://found.ee/VRSEXBC
- VR SEX en Dais Records: https://found.ee/DaisVRSEX
GAMADA (ESP, DESORDEN SONORO)
GAMADA es un proyecto donde confluyen estética y ruido, con ritmos de afterpunk e imagen minimalista. Un cóctel sinérgico de sintes analógicos y guitarras que viajan entre el deathrock y el noise, con bases de percusión acústica reminiscentes del machaque techno; el dúo despliega sus instrumentos de una forma poco común en una imponente puesta en escena en la que todo es tocado en directo, sin samplers ni añadidos digitales, para crear un ritual sonoro crudo y totalmente analógico.