Drab Majesty: Modern Mirror (Dais Records, 2019)

Cubierta de Modern Mirror (Drab Majesty, 2019)
Drab Majesty se sumergen de lleno en los 80 para avisarnos desde el pasado de las contradicciones de nuestro presente.
Por fin podemos escuchar una nueva faceta de la «música de las esferas», canalizada y transmitida a través de Deb DeMure, el responsable y compositor. Bajo el nombre de Modern Mirror, llama la atención que el nuevo álbum de Drab Majesty tenga únicamente ocho temas. Su predecesor (The Demonstration) llegaba a los quince, once si obviamos los remixes, y no es ningún secreto que pusieron el listón muy alto. Ya os adelanto que los que nos ofrece Modern Mirror acaban sabiendo a poco, señal inequívoca de su calidad.
Expandiendo la transmisión
Y es que este tercer álbum supone la consagración del excéntrico dúo y su acercamiento al terreno más mayoritario del indie. Desde el magnífico The Demonstration han realizado giras de conciertos (incluido el de Valencia), con hitos tan reseñables como su actuación junto a The Smashing Pumpkins o su directo en un festival español de calado como es el Primavera Sound Festival 2019.
Precísamente este acercamiento cristalizó en la aparición de Drab Majesty en uno de los videoclips de la banda de Billy Corgan, a la que se suma el cameo con otra de las bandas más renombradas de la escena oscura, She Past Away.

Billy Corgan (The Smashing Pumpkin) junto a Drab Majesty.
Con toda esta promoción y difusión, Modern Mirror llegará seguramente a muchos más oídos. Unos oídos que descubrirán el sonido singular de su Anodina Majestad, una fórmula que fusiona la new wave con el post punk y la darkwave, pero que sobre todo destaca en sus melodías entre lo pop, lo extraño, lo nostálgico y lo sombrío.
Reflejos en el espejo
Para los que ya conocemos a Drab Majesty, Modern Mirror es un álbum que continúa la senda y probablemente no supone subir ese listón de su predecesor; pero es algo que carece de importancia, dada la calidad del conjunto y las auténticas gemas que suponen más de la mitad de sus temas.
Aunque las referencias musicales apuntan a la mitificada década de los 80 (New Order, The Cure), la temática continúa hasta otros mitos, los griegos de la época clásica, para encontrar en Narciso una expresión de nuestra era (post)moderna.
Al iniciar la escucha es imposible obviar la calidad de A Dialogue, el tema que abre el disco y muestra un diálogo entre amantes; su letra introduce ese narcisismo subyacente mediante una pared invisible que aísla y dificulta el contacto entre ellos.
Don’t say you love
if I don’t say I love
Who are you now?
Ellipsis es un tema increíble; un intento de acercamiento un tanto naïf entre esos amantes que musicalmente está a la altura de sus predecesores Too Soon to Tell o Dot in the Sky, solo que más revolucionado y festivo.
Si buscáis la faceta más oscura de Drab Majesty, Noise of the Void es la respuesta. Un tema hipnótico, con guitarras ambientales y una réplica en cada estrofa («It’s the emptiness, Its the emptiness»
) que no puede resultar más agorera. De fondo, otra variante del mismo leitmotiv: la corrupción de las necesidades humanas a través de las tecnologías, cuyo uso deviene en una falsa comunicación. Una verdadero triunfo del ángel caído, que se manifiesta ya sin pudor.
En contraposición, Oxytocin retrata a la perfección la embriaguez del estado amoroso, ese ensimismamiento que provoca un desfase respecto a lo mundano y que paradójicamente nos hace sentir más vivos.
Por último, no quiero dejar de resaltar Out of Sequence, cuyos punteos y arpegiados con la guitarra, acompañados de la caja de ritmo y la voz de DeMure es lo más cercano que tiene el grupo al rock gótico.
El resto de temas de Modern Mirror bien valen su escucha para ir descubriendo sus detalles paulatinamente y dejaros seducir por este viaje al futuro, nuestro presente, reflejado desde la nostalgia ochentera revestida de actualidad. Como cualquier oyente, acabarás teniendo tus temas preferidos, algo que os animo a descubrir.